Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
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martes, 26 de febrero de 2013

Al otro lado del océano.

Te echo de menos. Pero no te echo de menos a veces, te echo de menos siempre. Prácticamente a cada momento pienso: "Y ahora, ¿Que estará haciendo?". Cada vez que voy en bus y paso por los Castros, tengo la sensación de que voy a verte hasta que me doy cuenta de que no voy a hacerlo, al menos no hasta dentro de unos meses. Te echo de menos en los momentos en los que alguien habla, y pienso: "Nerea, habría dicho esto..." y entonces, lo digo yo. Y me río. Me río por no llorar, por que a veces... Hay que tener fuerza. Desearía que estuvieras aquí, para volver a hablar contigo,  para contarte todo lo que ha pasado este tiempo, para volver a hacer locuras contigo, para tener a mi lado a alguien a quien de verdad me entiende completamente. Echo de menos tus abrazos, tan cálidos fuertes... Tu sonrisa que ilumina todo el mundo, tengo tantas ganas de volver a verte ya... Eres la única que sabe todo lo que me pasa, todo lo que siento, todo lo que pienso. Otro día, haré esto con más tiempo, por que si sigo escribiendo creo que alguna lágrima caerá por ahí, y no estamos aquí para eso. Quiero que sepas, que me tienes aquí para lo que me necesites, sea la hora que sea, yo estaré contigo cielo.

Creo que tendremos que sacar más fotos.. Por que no veas como me ha costado encontrar estas. Quiero que seas feliz allí, me encanta hablar contigo todos los días. Te llenaré de besos en cuanto llegues, en serio.


Solo quiero decirte... Que hablar contigo es una de las cosas que más me alegra el día. Saber como estás, lo que te ha pasado, y que recurras a mi cuando estás mal, lo adoro. Y solo me queda una cosa que decirte.













Si te quedaras allí, por cualquier cosa, quiero que sepas que yo,  a pesar de mi magnífico inglés, me iría contigo.

martes, 12 de febrero de 2013

La tragedia.

Ya casi he olvidado el sabor del miedo. Hubo un tiempo en que el sentido se me helaba al oír un chillido en la noche, y mi melena se erizaba ante un cuento aterrador cual si en ella hubiera vida. Me he saciado de espantos, y el horror, compañero de mi mente homicida, no me asusta. Mañana y mañana y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba final del tiempo escrito, y la luz de todo nuestro ayer guió a los bobos hacia el polvo de la muerte. ¡Apágate breve llama! La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea y nunca más se le oye. Es un cuento que cuenta un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada.
El amor puede transformar las cosas bajas y viles en dignas, excelsas. El amor no se ve con los ojos, si no con el alma, y por eso pintan ciego al alado Cupido. Ni en la mente de Amor se ha registrado señal alguna de discernimiento. Alas sin ojos son emblema de imprudente premura, y a causa de ello se dice que el amor es un niño, porque en la elección yerra frecuentemente.
Así como se ve a los niños traviesos infringir en los juegos sus juramentos, así el rapaz Amor es perjuro en todas partes.