Los filósofos empiristas dicen que todo sale de la propia experiencia y he de deciros que estoy muy de acuerdo en eso. Y yo este fin de semana viví una de las mejores experiencias de mi vida. Es increíble ver como se unen de una manera rapidísima un montón de personas que no se conocen de nada solo porque hay un vínculo que tienen en común, y acaba pareciendo que las conoces de siempre.
Poder compartir una de tus pasiones con alguien que siente lo mismo que tu es una sensación increíble. No tienes esa sensación de hablar o compartir eso con alguien que piensas que no te entiende porque no siente lo mismo que tú.
En esta jornada hubo una cosa concreta que casi me hace llorar. Bueno, no voy a mentiros, hubo muchas, pero esta realmente me tocó el corazón.
El lugar en el que estuve fue un campus de teatro, y estaba con algunos de mis compañeros al margen de un montón de gente que no conocía. Mientras, al final, poníamos en común los distintos talleres que habíamos hecho y lo que habíamos aprendido, uno de ellos, sentado a mi lado, me dijo: "Es que cuando te vayas tu de teatro va a ser como...eh... y el talento?" Y quizá os parezca una tontería pero es algo que casi me hace llorar. Es algo que me hizo sentirme querida por los míos, por el entorno en el que estoy, en el que mejor me lo paso y el que mejor me cuida.
Ojalá pudiera darle las gracias al teatro por todo lo que ha hecho por mi y me ayudado, y quizá a él no pueda, pero a todos mis compañeros que hacen que todo sea tan maravilloso como es, si que puedo. Así que chicos, gracias.
Y antes de marcharme después de compartir esta pequeña parte de mi con vosotros, quería recordaros que si algo os hace felices no os importe el qué dirán de los demás. Quizá ellos no lo entiendan hasta que tengan la oportunidad de ver cómo disfrutáis con ello, como lo hacéis parte de vuestra vida o como lo vivís. Perseguid vuestros sueños, porque se cumplen, ya lo veréis. Luchad por lo que queréis.
Y por último, sé feliz con lo que tienes, porque nunca sabes donde estará tu princesa.