Felicidades, amor.
Es el primer año que tengo la suerte de poder felicitarte estando tan presente en tu vida y de una manera tan bonita como creo que lo estoy ahora.
Me has dado tanto durante estos meses que nos hemos vuelto a encontrar, que no se por donde empezar a darte las gracias.
Hoy no escribo con Chopin. Escribo con "Emborracharme", "Cabecita loca", "Tears in Heaven", "Por debajo de la mesa" y el resto de nuestra lista desvirtuada.
Ya sé que no te gustan los regalos, pero bueno... Este es el primero de cumple que te dedico y conmigo vas a tener que ir superando ese traumita que tienes... Porque me gustas. Y me gusta hacer cosas que sé que te van a gustar i a poner contento, y me gusta invertir tiempo en ti de todas las maneras posibles. Y me gusta como sonríes y como te sonrojas cuando te regalo algo, con esa sonrisa tonta que pones de "que boba, no me lo merezco", y que luego no puedas quitar la mirada de mí porque alguien como yo no puede ser cierto.
Gracias por quererme como lo haces, porque pase lo que pase sé que nunca, nadie, me va a querer de una manera tan bonita y tan sincera como tú. Gracias por escucharme cuando estoy triste, contenta, emocionada o enfadada y saber llevarme igualmente a ese sitio increíblemente bonito al que sin darte cuenta me llevas cuando estoy contigo. El mismo al que me llevas cuando viendo un espectáculo me tocas la pierna y conectas conmigo por un instante, cuando me acaricias el pelo hasta quedarme dormida y luego me oyes roncar un poquito. Al que me llevas cuando me agarras la mano por la calle o te paras de golpe para darme un beso. Cuando brindamos con nuestras Gulden. Cuando te estoy contando algo y te quedas absolutamente embobado mirándome. Ese mismo sitio al que me llevas cuando me ves después de mucho tiempo sin haberme visto, cuando me tocas y cuando me besas.
Gracias por invertir en mi todo el tiempo que inviertes aunque mi corazón y mi alma sean insaciables y siempre pidan más. Gracias por creer en mí y recordarme quien soy cuando yo no me acuerdo, por dejame llorar en tu hombro. Gracias por dejarme amanecer contigo.
Te amo, pequeño. Desde hace un tiempo tienes contigo mi corazón y, me guste o no, lo vas a tener toda la vida. Sé que vas a cuidarlo todo lo bien que puedas. Ojalá te lo hubiera podido dar antes.
Sé feliz con lo que tienes, porque nunca sabes dónde estará tu princesa. Aunque creo que yo he encontrado a la mia y es bajita, calva y no ve de cerca.
Felicidades Alberto. Brindo por mil años más viéndote crecer.