Ya casi he olvidado el sabor del miedo. Hubo un tiempo en que el sentido se me helaba al oír un chillido en la noche, y mi melena se erizaba ante un cuento aterrador cual si en ella hubiera vida. Me he saciado de espantos, y el horror, compañero de mi mente homicida, no me asusta. Mañana y mañana y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba final del tiempo escrito, y la luz de todo nuestro ayer guió a los bobos hacia el polvo de la muerte. ¡Apágate breve llama! La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea y nunca más se le oye. Es un cuento que cuenta un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada.
El amor puede transformar las cosas bajas y viles en dignas, excelsas. El amor no se ve con los ojos, si no con el alma, y por eso pintan ciego al alado Cupido. Ni en la mente de Amor se ha registrado señal alguna de discernimiento. Alas sin ojos son emblema de imprudente premura, y a causa de ello se dice que el amor es un niño, porque en la elección yerra frecuentemente.
Así como se ve a los niños traviesos infringir en los juegos sus juramentos, así el rapaz Amor es perjuro en todas partes.
Puede que sea un pobre necio,
ResponderEliminarque sea un hombre de amor ebrio.
Puede que sea un pobre tonto,
que sea un hombre por ti loco.
Puede que sea un pobre iluso,
que sea un hombre de amor puro.
Puede que sea un pobre enamorado,
que sea un poeta ilusionado.
Puede que sea todo eso y más,
todo ello debido a un amor sin par;
un amor del que mi corazón es preso,
haciéndome ver que ya no lo poseo;
pero ese amor que mi corazón poseyó
y mi alma de negra a blanca tornó
no es otra que tú, mi pequeña princesa,
y si algo intentaré darte con mi corazón
es mi protección ante cualquier temor.
Harás bien en olvidar el sabor del miedo,
pues yo te ofrezco otro sabor más tierno:
un amor que perdurará mil y una vidas
y tuyo será si aceptas con una sonrisa.