Se me ahoga el corazón y siento que me arden los dedos.
Simplemente quizá sea una mala persona. No es la primera vez que lo pienso y a medida que el tiempo avanza quizá lo corroboro más. Al fin y al cabo he hecho daño a la persona que más quiero. Por la que más he dado y por la que más me he esforzado. Y aún así... Tonta. Ingenua yo también de pensar que quizá podría mantener una persona como él a mi lado.
Si algo tengo claro es que nunca nadie me va a querer así. Si algo tengo claro, es que no voy a querer a nadie como le quiero.
Quiero volver a las noches de dormirnos abrazados en el sofá. De pedir a cualquier sitio, de montar el árbol de Navidad. Quiero volver al día que empezó todo y a todo lo que vino después. A preocuparme por cosas que no tenían importancia como donde colocar alguno de los muebles. A buscar a prisas un sitio donde mudarnos y a toda la ansiedad que me dio ese tiempo.
Quiero poder volver a acariciarte como lo hacía y a como me tenías entre tus brazos. A tus besos cálidos, a cuidarme cuando llegaba de un día cansado del trabajo. A la correa que tu también me tenías y que no sabía que estaba tan atada al cuello que ahora me ahoga como nada lo había hecho.
Y a escuchar tus ronquidos y dormirme con ellos y contigo tan cerca. Si la cama se me hacia grande contigo, sin ti se siente como el gran vacío.
Quiero volver a cuidarte, joder. Nunca las horas se me han hecho tan largas.
Dejo rezo al aire sin esperanza y el último soplo de corazón que me queda.
Al final, supongo que sí que era blue monday.
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