No me gusta echarte de menos. No quiero echarte de menos. Tampoco quiero pensar todo el rato "que pasaría si", o "seguro que estaría mejor si tu estuvieras en mi vida". Y siento la irreparable necesidad de seguir monologueando un poco más, por que visto lo visto, no podré hacer otra cosa... Tengo que dejar de aficionarme a los puntos suspensivos.
Nunca pensé que el silencio pudiera llegar a doler tanto. Funciona como flechas afiladas que se clavan, pero no van a quitarse. Supongo, no, supongo no, sé que yo he provocado este momento. Y madre mía... todavía no se porque. Venga, va deja de mirar tooooodo el rato si está conectado, sabes que no va a contestarte. Me preocuparé por ti todos los días de mi vida, como he echo hasta ahora en silencio. Ojalá pudiera despedirme de ti. Ojalá pudiera dar marcha atrás en el tiempo, si, eso estaría bien. Que vamos a hacerle si una nace imbécil. He pedido perdón mil veces y lo haría otras mil para solo recibir aunque fuera un ultimo adiós, un discurso, una palabra de odio. Cualquier cosa. Y cualquier otra daría por oírte. Dios mío déjame ya en paz, sal de mi mente. No, no te vayas... soy yo misma quien no te deja ir. Solo quiero decirte una cosa más, de momento, por que estoy segura que volveré a escribirte.
Te echo de menos, te necesito, te quiero.
Firmaría hasta mi muerte por tenerte aquí delante. #Iwillmissyou.
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