En el recuerdo de tiempos lejanos, los tripulantes a bordo de la nave se amotinan. Una gran revolución se cierne sobre el capitán, confuso, que no sabe exactamente si correr al bote salvavidas o enfrentarse a sus propios hombres. Pero la tripulación no quiere tan solo confundir o echar al capitán de su puesto, cada uno busca también su bien propio y no el de todos. La siguiente lucha, será por la duda de quién tomará el mando del barco. Esas personas son entre ellas totalmente diferentes, y antes de hundido el capitán las discusiones toman el mando. Pero quizás acaben por hundir el barco y en vez de reflotarlo acabe desolado por sus propios habitantes.
Un nuevo tripulante se ha unido al navío recientemente, está claramente de lado del capitán. Sin embargo a la hora del motín se ve influido por el miedo de su compañero. ¿Que debe hacer? En parte hace también dudar al hombre de si debe o no depositar la confianza en él, parece de fiar, pero a veces hay cosas que lo dejan confuso. Quizás el nuevo no busque ayudar al capitán, y busque tan solo atacar desde dentro.
Realmente el hombre no tiene ni una ligera idea de lo que se le viene encima, pero no abandonará el barco ante ninguna circunstancia.
Quiere y es de capaz de enfrentarse a su propia tripulación por lo que cree mejor, esté o no el nuevo de su parte.
Estará atento a las adversidades que se le presenten y las salvará, haciendo lo que pueda hasta el punto de llegar a perder su perteneciente vida.
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