Está habiendo tantos cambios en mi vida que no sé si me estoy adaptando o solo me voy dejando arrastrar.
Se ha casado mi hermana, y ojalá hubiera podido llorar todo lo que me apetecía de lo feliz que estuve.
Estoy en una casa nueva. Todavía no duermo bien. A veces me despierto pensando donde estoy o sin encontrarme. Pero al menos estoy con el amor de mi vida.
Ya van casi dos meses sin mis peludas. Echo de menos que me despierten con un ronroneo y un cabezazo porque voy a llegar tarde a trabajar. Siento como se me recompone el corazón cada vez que entro a casa y a veces se me rompe un poquito porque no estáis. Cada día que pasa y cada bolsa que guardo estoy más cerca de vosotras, os lo prometo.
Me siento la persona más afortunada y más cansada emocionalmente que existe. La gestión de la culpa en muchas cosas está siendo muy difícil, noto mis issues más que nunca e intento verlo todo de manera objetiva, pero a veces solo puedo dejar que me arrastre la marea hasta la orilla hasta que puedo coger otra vez el toro por los cuernos.
Poco a poco, no? Aún hay muchos frentes abiertos, pero estamos con ellos. Lo estamos haciendo lo bien que puedes, niña. Solo otro empujón
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