Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
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miércoles, 18 de septiembre de 2024

Sentir

 Me pongo en un estado emocional muy extraño cuando leo o cuando termino de leer. Me vuelvo más analítica con algunas cosas, diría que pienso más antes de hablar pero sería mentira. Es un estado muy bonito en el que pienso si permitirme sentir o no emociones que no son mías y que son, más bien de los personajes. Y pienso que habría hecho yo en su lugar y si sería diferente si el protagonista fuera yo (hecho extraño porque la respuesta siempre es, obvia e irremediablemente, que si). Y aunque disfruto de este punto siempre, tiene cosas buenas y cosas malas.

No sé, de nuevo, si me invade un poco de melancolía, quizá. Los rasgos de mi rostro se vuelven más extraños y toda la conexión de vuelta con el mundo real la veo forzada durante un rato, igual que mis gestos. No penetran en mi las cosas de la misma manera y me permito ser un poco menos consciente y fluir un poco más en un sentido extraño al que no estoy acostumbrada. No sale bien siempre, ni es lo mismo si acabo de terminar el libro o si lo acabo de empezar, tampoco si he terminado un capítulo o si lo que estoy leyendo es, quizá, un libro de relatos de temática amplia y diferente. También presto más atención al entorno que me rodea, oigo más los sonidos del ambiente en el que estoy (los ruidos de la calle, la lavadora, las puertas) pero reacciono menos a ellos de lo normal. Es, cuanto menos, curioso todo ello.

Me cuesta todavía mantenerme al margen de las emociones, sean mías o no y sea o no consciente de ello. Pero me he dado cuenta, también, de toda la cancha que me doy y lo que me permito los sentimientos malos y lo poco que disfruto y, sobretodo, que me permito los buenos. Aún en ese estado, me gusta intentar ser consciente de que estoy disfrutando mientras leo. O, al terminar, de que disfruto escuchando música mientras friego la cocina. De que la persona con la que vivo tiende en casi todo momento a preocuparse por mí y por cómo estoy. Quizá es algo que no haya hecho yo hoy. De que tengo tiempo, a lo mejor, de ver alguna serie que me guste o de jugar un rato con el móvil. Y que no es malo dejar que pasen las horas, sientas o no. Tengo a veces un poco de miedo de disfrutar, por ejemplo, de una ducha. Creo que no me lo merezco. Disfrutar, digo, la ducha me vendría muy bien. 

Ojalá me afectasen menos algunas cosas. Y mira que lo he intentado oye, pero no hay manera. Tengo que vivir con ello de la mejor manera que puedo, por ahora. Sigo aprendiendo todavía a manejarme y como funciono. Y a controlarme de decir o hacer algunas cosas, y a dejar espacio.

Sigo aprendiendo, y ojalá no deje de hacerlo nunca y siga leyendo y esté en ese mundo tan extraño en en el que vivo a veces (o en el que lo intento). Y dejarme expresarme y disfrutar(me) de la manera que sea pero sin hacer daño.

Seguir aprendiendo, al fin y al cabo, como sentir sin doler.

viernes, 30 de agosto de 2024

A pasitos de hormiguita veré avances de elefante

 El otro día tuve una conversación con mi pareja que me dejó un poco confusa acerca de quien soy o como estoy. Con él he aprendido (y sigo aprendiendo) mucha cosas y siento que me hace más grande y me siento mucho más llena. También que sabe de mi muchas cosas que yo no veo o no quiero ver y su punto de vista me aporta más de lo que el mío propio puede hacerlo.

Pero surgió el tema de que no estoy como siempre y hay una parte de mi que si bien antes era la que predominaba, ahora prácticamente no está. Y después de darle algunas vueltas, creo que es mi ambición. Las ganas de comerme el mundo con un propósito no están porque no siento que tenga uno. Y eso no está mal... supongo que volverá algún día.

¿Estoy bien? ¿Siento que estoy en un mal momento? Para nada. Pero si es cierto que me encuentro en un momento diferente al punto en el que estaba hace unos meses y en algunas cosas no me gusta. Me encuentro más torpe en muchas cosas, no me comunico tampoco como lo hacía antes y si estoy fuera de mi casa solo quiero volver.

En este tiempo también aprendí a perdonarme ese tipo de cosas. Aún no aprendí a que no me duelan las cosas que no hice. No me refiero a un arrepentimiento o una culpa por no hacer algo que deseaba, si no a que a un ser querido le afecte algo que cree que ha ocurrido cuando no se ha acercado y han sido, de nuevo, fallos de comunicación y de torpeza por mi parte. Quizá esas cositas que no me gustan y que son diferentes se me estén escapando un poco más de las manos de lo que me gustaría, pero ciertamente sin controlar eso tengo mucha menos ansiedad a largo plazo, aunque de nada me vale el relajo si al ver una situación que por dejadez no he podido controlar, toda la ansiedad que no he sentido en ese tiempo por "no tener" que hacerlo viene de golpe.

Tiene que haber un punto medio en algún sitio y quizá no pueda encontrarlo yo sola. Siento que me faltan herramientas, que no estoy mal pero las cosas se me escapan de las manos por no haberlas tratado cuando tenía que hacerlo. Quizá por mi parte me toquen ahora metas pequeñas y pasos chiquitos para parar esta especie de descontrol organizativo que ahora es lo que me afecta. La ambición volverá cuando me vuelva a encontrar en mi sitio, estoy casi segura aunque haya algo de sitio para la duda razonable.

Y volver, quizá, a dormir bien. Bien de verdad, no un poco. Hablarme más conmigo y comunicarme más con las personas que quiero. Volver como Almodóvar. Volver, poco a poco... pero sin pausa. 

sábado, 11 de mayo de 2024

A favor de la contra

Ayer luché por no estar. Y no estuve. Todo remó a favor de la contra y aun me encuentro dentro del debacle que me empuja hacer a ahí.

Me he quedado dormida esta mañana. Ayer lloré, aunque no todo lo que quise. No tengo ganas, pero aún así hoy lucharé por estar.

Quizás así.. 

lunes, 22 de abril de 2024

Guardia alta

 Cuando empezamos a salir me esforcé mucho por ponerme en tu lugar y por entenderte. Estabas además en una situación en la que yo nunca había estado y quería intentar estar ahí para ti. Me regalaste un libro que cogí con desconfianza porque me comunicaba de manera muy violenta. Y a pesar de que me parecía una tontería en su momento, me lo leí porque quería entenderte.

Y ahora cuando te enfadas siento que te has ido a otro lado al que no consigo llegar. Veo todos los futuros y en algunos te has enfadado por no dejarte tú espacio. Quizá cogí en mi cabeza algunos casos en los que era mejor dejarte solo y los apliqué.

Ojalá pudiera transmitirte de mejor manera que estoy ahí contigo. Quizá si haya perdido empatía y ya no te sientas comprendido por mi. Quizá tenga que esforzarme un poco más aunque estea en días que me cueste lidiar conmigo misma.

Siento no haber estado a tu lado cuando me necesitabas. Otra vez. 

Quiero estar contigo y que sientas que lo estoy... También siento que mi manera de intentar entenderte sea preguntar. Y hacer demasiado ruido cuando lloro por la noches. 

Me esfuerzo por esto aunque a veces no la parezca. Me seguiré esforzando y meteré otra marcha más aún si es necesario.

Te quiero, te quiero, te quiero. 

Hoy esta nota no tiene café y no apareció por casa. 

domingo, 25 de febrero de 2024

Fox

Hoy sí sé como estoy, y sé también que busco aquí.

Vengo a recordarme lo bonito de algunas cosas. 

Lo bonito de no trabajar el fin de semana aunque se torne raro. De tener la casa limpia. Lo bonito de tener unos gatos que se acuestan contigo y que te quieren de manera incondicional. 

De compartir una cama con alguien que quieres, de poder ver una serie que te gusta o de poder ver una para dormir. Lo bonito de tener un sitio y una compañía a la que llamar casa. 

Que te hagan un café, que te mimen cuando estás enferma. Ver reels juntos, escuchar mil podcast. Y la suerte de tener una buena manta para el sofá y una lámpara preciosa con un universo y la música más bonita del mundo. La suerte de poder ponerte calor y de tener una persona que te ama cuando estás de regla(y cuando no). Desde luego, soy la niña más consentida de todas.

Un poco de vino, un libro precioso, un temporal fuera mientras yo estoy dentro. 

Un ensayo de teatro, salga como salga. Un beso. Aunque no siempre esté bien dado ni sea el más bonito. 

Sopa de cocido, mi favorita. No tener que poner el despertador para levantarme. Emborracharme en casa y bailar con la persona con la que quiero pasar mi vida. 

La semana que entra va a pesar como una losa... Pero no quiero que se me olvide que, aunque a veces no lo vea o sea en dosis pequeñas, hay cosas bonitas que todos los días te endulzan la vida, aunque sea un poco. 

Aunque sea de espaldas. 

lunes, 29 de enero de 2024

Al alma

'Es solo una caricia. Para que lleves mejor el trabajo.' 

sábado, 27 de enero de 2024

De más, será de menos

 No recuerdo haber echado tanto de menos jamás. Te echo de menos a todas horas aunque esté contigo. 

Nunca me había imaginado lo que sería echar de menos tus abrazos, tus caricias y tus besos. Echar de menos que vengas a molestarme cuando estoy sin hacer nada bebiendo vino en la cocina. Que esté tumbada en la cama y vengas a echarte encima de mi. 

Echo de menos ver a tus padres, tu casa y lo bien que nos lo pasábamos. Ir a tomar juntos un vino, cenar los dos, ducharnos juntos. Que no me llames por mi nombre, me llames cualquier otra mierda cursi y me abraces por con fuerza para que me quede dormida. Y comer los dos juntos cuando vengo del trabajo y también cenar los dos.

Echo de menos ver nuestro cuadro colgado en tu pared y verte todos tus anillos puestos. Echo de menos tener todos los fines de semana ocupados porque hemos hecho mil planes.

Aún no sé como la pude joder tanto y como me duele tantísimo el alma.

Estoy intentando dejarte todo el espacio que necesitas. No sé cuando necesitas ni cuanto quieres hablar de todo esto, tampoco. El no saber es lo peor. A veces siento que damos un pasito para delante y de golpe damos dos para atrás.

Si por como soy tengo que elegir entre salir y beber y estar contigo el resto de mi vida, me quedo con el plan de peli y Netflix para los restos. 

Tengo el corazón helado, pero siento más que nunca.

Quiero dormir todo el día, pero no puedo. No sé si me quedan fuerzas para seguir. Quiero estar bien, pero sobre todo, quiero estarlo contigo.

miércoles, 24 de enero de 2024

El faro

Huele a tarde de verano en pleno enero con una cerveza en la mano y la mejor compañía que puedo tener. 

Lucie Silvas

Siempre he usado este blog como desahogo. Lo he usado (y lo sigo usando) cada vez que estoy henchida de algún sentimiento. A veces es rabia y frustración, otras amor y, en su mayoría, tristeza. También otras veces vengo y escribo buscando respuestas, como es el caso. Es la mejor manera de hablar conmigo y de contarme las cosas, de teorizar, de creer, de animar. Al fin y al cabo nadie me juzga tanto como yo lo hago y me sorprendo a veces al releer las cosas que escribo y pensar "ah, era eso".

Y ahora no se muy bien... Como estoy. Estoy como me dejan, creo. Quiero ayudar, y no puedo. Quiero ayudarme y no sé. 

Hace poco me di cuenta de por qué me gustaba tanto subir en moto y por que me lo pasaba tan bien. Cuando empecé a subirme de butakera no tenía nada que perder. Disfruté del descubrimiento, la adrenalina y el aprendizaje más de lo que lo hubiera hecho en cualquier otro momento de mi vida. Después me seguí subiendo pero ya no desconectaba de todo como lo hacía antes y mi cabeza seguía funcionando como si no estuviera ahí.

El miércoles pasado, sin yo contar con ello, me volví a subir, sin nada que perder. Y volví a sentirlo de nuevo aunque fuera un trayecto pequeño y estuviera lloviendo. Volví a desconectar y a no pensar en nada en cuanto me agarré solamente con una mano y me apoyaba con la otra.

 No sé qué soy y, sobretodo, no sé qué hacer. Cuando no sabes es cuando más duele.

No me siento preparada para salir de casa. Ni para seguir con las prácticas de conducir, ni quedar con nadie, ni ensayar. Mucho menos para entrenar. Me gustaría recluirme en casa, pero la mujer que estaba y sabía estar consigo no se donde está. Me siento dependiente y me da ansiedad pasar sola mucho rato. Ya no sé estar si hacer nada, con lo que yo lo he disfrutado. Quisiera encerrarme a dormir en casa durante un tiempo, hecha un ovillo, y despertar con una verdad reveladora y dispuesta a enfrentarme a todo.

Lo siento si no soy capaz de hacer todo lo que necesitas. 

Las heridas del alma son las que más tardan en curar y yo soy toda una. 

Que pase otro día más. Dejarse fluir por lo que te pida. Volver, poco a poco. Volver, como Almodóvar 

martes, 16 de enero de 2024

Todo fuera y todo dentro

No sé cómo hacer esto. 

No sé cómo seguir con mi vida ni como encontrar las ganas para hacerlo. No aguanto en el trabajo cuando normalmente me refugiaba en él. Así que bueno... Que voy a encontrar. No sé cómo parar el llanto. Me olvidé de comer y no sé cómo dormir. Los ojos se me hinchan y las ojeras me crecen. Y las lágrimas nunca se acaban y vuelven a veces cuando menos me lo espero. Con más fuerza, todavía. Quiero echar fuera tanto que mi cuerpo lo rechaza también todo. 

El tiempo me resbala entre las manos y me pesa en el pecho. Y no hago nada más que perderlo, como he hecho siempre. Como hago con todo. No puedo ir al

Anoche escribí en papel. Me sentí mejor y luego me sentí una estúpida y salí de casa sin recoger. Y me dejé luces encendidas. Y luego me sentí peor.

Y las tardes... Las tardes son horribles. 

Yo que sé. Ya no sé cómo.. No sé... Vivir

Volver, como Almodóvar

Se me ahoga el corazón y siento que me arden los dedos. 

Simplemente quizá sea una mala persona. No es la primera vez que lo pienso y a medida que el tiempo avanza quizá lo corroboro más. Al fin y al cabo he hecho daño a la persona que más quiero. Por la que más he dado y por la que más me he esforzado. Y aún así... Tonta. Ingenua yo también de pensar que quizá podría mantener una persona como él a mi lado.

Si algo tengo claro es que nunca nadie me va a querer así. Si algo tengo claro, es que no voy a querer a nadie como le quiero.

Quiero volver a las noches de dormirnos abrazados en el sofá. De pedir a cualquier sitio, de montar el árbol de Navidad. Quiero volver al día que empezó todo y a todo lo que vino después. A preocuparme por cosas que no tenían importancia como donde colocar alguno de los muebles. A buscar a prisas un sitio donde mudarnos y a toda la ansiedad que me dio ese tiempo. 

Quiero poder volver a acariciarte como lo hacía y a como me tenías entre tus brazos. A tus besos cálidos, a cuidarme cuando llegaba de un día cansado del trabajo. A la correa que tu también me tenías y que no sabía que estaba tan atada al cuello que ahora me ahoga como nada lo había hecho. 

Y a escuchar tus ronquidos y dormirme con ellos y contigo tan cerca. Si la cama se me hacia grande contigo, sin ti se siente como el gran vacío.

Quiero volver a cuidarte, joder. Nunca las horas se me han hecho tan largas.

Dejo rezo al aire sin esperanza y el último soplo de corazón que me queda. 

Al final, supongo que sí que era blue monday. 

domingo, 14 de enero de 2024

Ojalá

No me puedo creer que me haya hecho esto a mi misma. Me cuesta creerme capaz de hacer tanto daño y, sin embargo, aquí estoy. 

Nunca me había dolido tanto algo como para que se atascase y no quiera salir. 

Creo que nunca voy a poder arreglarlo. Creo que, por mucho que haya hecho y que haya demostrado, no vale de nada ya. Como si todo fuera aire y no importara nada. 

Luché por ti hasta llegar a donde estoy y quiero seguir haciéndolo. Ojalá pueda tener la oportunidad.