Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato
Te prometo un siempre.
Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido.
lunes, 20 de junio de 2011
Esto, ya no es rencor, es odio.
Y cuando todo te va bien, cuando creías que todo lo malo había desaparecido de tu vida
aparece ella, por esa simple trampilla para perras de la puerta de la entrada. Eh, no es por mal, me das igual. ;)
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