Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
.

lunes, 22 de abril de 2024

Guardia alta

 Cuando empezamos a salir me esforcé mucho por ponerme en tu lugar y por entenderte. Estabas además en una situación en la que yo nunca había estado y quería intentar estar ahí para ti. Me regalaste un libro que cogí con desconfianza porque me comunicaba de manera muy violenta. Y a pesar de que me parecía una tontería en su momento, me lo leí porque quería entenderte.

Y ahora cuando te enfadas siento que te has ido a otro lado al que no consigo llegar. Veo todos los futuros y en algunos te has enfadado por no dejarte tú espacio. Quizá cogí en mi cabeza algunos casos en los que era mejor dejarte solo y los apliqué.

Ojalá pudiera transmitirte de mejor manera que estoy ahí contigo. Quizá si haya perdido empatía y ya no te sientas comprendido por mi. Quizá tenga que esforzarme un poco más aunque estea en días que me cueste lidiar conmigo misma.

Siento no haber estado a tu lado cuando me necesitabas. Otra vez. 

Quiero estar contigo y que sientas que lo estoy... También siento que mi manera de intentar entenderte sea preguntar. Y hacer demasiado ruido cuando lloro por la noches. 

Me esfuerzo por esto aunque a veces no la parezca. Me seguiré esforzando y meteré otra marcha más aún si es necesario.

Te quiero, te quiero, te quiero. 

Hoy esta nota no tiene café y no apareció por casa.