Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
.

martes, 12 de marzo de 2013

:

Si no es amor, ¿qué es lo que siento entonces?
Mas si es amor, por Dios, ¿qué cosa y como?
Si buena es, ¿por qué es mortal su efecto?
Y si mala, ¿por qué es dulce el tormento?

Si a voluntad me abraso, ¿por qué el llanto?
Si a mi pesar, ¿de qué vale lamentarse?
Oh delicioso daño, o viva muerte,
¿como, sin consentirlo, tanto puedes?

Y no me he dejado de quejar, si lo consiento.
En frágil barca y vientos tan contrarios
me encuentro en alta mar y sin gobierno,
tan falto de saber, de error cargado,
que yo mismo no se ni lo que quiero.
Y tiemblo de calor, y ardo de frío.

1 comentario:

  1. Como enamorado tuyo que he llegado a ser,
    tus existenciales dudas voy a esclarecer.

    Lo que sientes, vida mía, es puro amor;
    pues toda tú eres de mi corazón su razón.

    El amor en nosotros es mortal, es un hecho,
    pero porque sus efectos son imperecederos.

    El tormento que a causar llega es dulce,
    porque sabemos que al mirarnos, éste huye.

    Aún abrasándote a voluntad, aparece el llanto
    porque ardes por el ser por ti amado.

    Casi nadie sabe de qué sirve el lamento,
    pero con él recordamos buenos tiempos.

    Tanto daño como muerte mucho pueden,
    pero nunca dejaré que mi amor se lleven.

    Y aunque te pierdas por mares u océanos,
    yo siempre sabré cómo alcanzar tu mano.

    Y tampoco temas por si tiemblas de calor,
    pues desde nuestro 25. nos pasa a los dos.

    ResponderEliminar