Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
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lunes, 15 de junio de 2015

Hachís.

Conozco drogas con menos capacidad de adicción que tus abrazos de tres sílabas; ven.
Ven, que tengo el corazón y la cama sin hacer. Que a veces la vida me cuesta trabajo y no me pagan por ella; que quiero decirte prosas.
Vísteme despacio, que tengo prisa por volver a desnudarte. Sálvamd la vida, pero déjame morir de amor si apareces sin paraguas, cerca.
Déjame cubrirte las espaldas con mi ombligo, déjame partirle la cara B a la vida.
Déjame consolarme, consolarte, consolarnos. Déjame consolidarte en arte. 
Déjame no ser si no hago, déjame hacer aunque no sea. Déjame ser suelo si te va es y cielo si lo tocas. Y nubes si te llueve; y tabla si te ahogas y humo si ya no ríes.
Déjame hacerlo mal para sentirme bien. Déjame que sienta y siéntate que tengo algo que contarte.
Déjame pero sobre todo; no me dejes.

Sé feliz con lo que tienes, porque nunca sabes donde estará tu princesa. 

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