Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
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viernes, 9 de octubre de 2015

Zerstörung.

Os juro que no tengo ni idea de por qué me construyo unos esquemas. Al fin y al cabo siempre que los tengo hechitos viene alguien a rompérmelos. Lo bueno es que al menos esta vez me alegro de que haya pasado. Los cambios, aunque no siempre buenos, son necesarios. Y sabéis lo peor? Presiento algo grande chicos. Algo enorme, y realmente no puedo describir algo tan fuerte como esto, pero sea lo que sea cobra fuerza y me está comiendo por dentro. 
Nunca supe si soy de esas personas que le hacen más caso al corazón o a la cabeza, y no será por falta de situaciones en las que elegir. Supongo que al final siempre acabo haciéndole caso al corazón, al fin y al cabo es lo que me mantiene viva, no?
Viva. Viva. Viva. Hacía tiempo que no me sentía así realmente. Y que bien suena. Lo cierto es que la vida se vive en momentos en los que te sientes vivo y yo hacía mucho tiempo que a lo que tenía no podía llamarlo propiamente vida. No sé si lo que me está pasando es lo peor o lo mejor me pasó en la vida, pero huelo la felicidad tan cerca que pude tocarla unos momentos. Esto es muy, muy grande.
Tened cuidado con las decisiones que tomáis, pero aunque ya sé que no es lógico que esto lo diga yo, pero no tengáis miedo. Los cambios no son malos.
Sé feliz con lo que tienes, porque nunca sabes dónde estará tu princesa.

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