Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
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sábado, 28 de mayo de 2011

Where dreams fly.

Una mirada fugaz. Una media sonrisa. Una caricia ligera. El último sorbo del café de la mañana. El instante en el que abres los ojos después de un sueño profundo. El último bombón. Las primeras gotas que caen sobre ti cuando te duchas y el agua no acaba de estar caliente. Cogerse de la mano. El "sí, quiero". Una carcajada espontánea. La típica despedida con un beso apasionado. Un chaparrón sin paraguas. Un baño en pleno invierno. Una noche de verano. Agua fresca después de un entreno. El primer baile en una fiesta. Y el último. Igual que el primer beso y el último perdón. Son fracciones de un segundo que, poco a poco, te van haciendo feliz.


Y lo primero que vean tus ojos cada mañana sean los míos

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