No tienes ni la más mínima idea de cuantísimo te voy a echar de menos cuando te marches. Ni siquiera yo me hago a la idea de que ya no vayas a estar conmigo ni por asomo lo que estas ahora. Y es algo de lo que realmente no conseguiré... aceptar. En cuanto cierro los ojos me acuerdo de tantas cosas, y en todas estás tú. Me acuerdo de lo mucho que temblabas la primera vez que te besé, del escalofrío que me entra cada vez que me tocas, cada vez que estás cerca de mi. De todas las veces que te digo que eres fatal, cuando quiero decir que me encantas, de tus sonrisas que iluminan mi mundo. De que, cuando me miras, el mundo tiembla, pero yo tiemblo mas que el. Realmente... me acuerdo de tantas cosas que no podría nombrarlas todas. Eres lo más bonito que tengo, que lo sepas. Y no me cansaré de decírtelo nunca. Lo último que pienso al dormirme y lo primero al despertarme. Puedo considerarme culpable de muchas cosas, y una de ellas es quererte. Si te soy sincera... Soy tuya desde el primer día, desde el primer momento en el que me miraste a los ojos y nos vimos el alma. No se que pasó, no se que tenía esa mirada de especial. Poco a poco, comprendí que no era tu mirada, si no tú. Tu eras el que me volvía loco. "Enamoradita estás!"
"Pero si suspiras por él en cuanto se va!" decían. 'Locos todos'. Pensaba yo. Y eso era más fácil que aceptar la realidad. Como iba a pensar que ibas a quererme? Ni en sueños! Ni en el más maravilloso de todos los sueños...
Pero tengo que advertirte que yo no caí del cielo. Que no hago magia, que no soy la mejor persona que existe, que no se me da bien todo, que no te merezco... Pero aún así, soy yo, que le vamos a hacer. Creo que es hora de dejar de escribir ya, no? Quizá siga pronto. Solo una cosa más.
Vete lejos, donde nadie pueda encontrarte. Pero llévame contigo.
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