Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
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miércoles, 16 de abril de 2014

Uno más? No, de los mejores.

Hay personas en la vida que cuando las conoces, en el mismo día te pasan desapercibidas. Sin embargo, en el polo opuesto, existe cuando conoces a una persona y sabes que va a ser importante, una de esas que no se olvidan con facilidad. Esta, en su momento, fue una de las personas del segundo grupo. Lo que no pensaba, era que iba a llegar a calar tanto. Que iba a ser una de esas personas que tienen un trocito de mi corazón, de esas personas que si se va se lleva ese trozo consigo. Y lo cierto, e sque a estas alturas no querría que fuese de otra manera. Que poco a poco esta personita con apariencia fuerte y de roca se ha ido metiendo dentro de mi corazón y de mi cabeza. Y yo, yo he ido descubriendo que no realmente esa roca no es tan dura como parece, que hay cosas que lo hacen ablandar. No es que hoy sea un día especial, ni mucho menos, para dedicarle un trocito de mi rincón personal. Simplemente, pienso que es una de esas pocas cosas que puedo hacer por él y que sin duda, se merece. Aunque se merecería más, mucho más. Pero lo siento tesoro, no puedo bajar el cielo para dártelo. Eres de las mejores personas que están a mi lado. Realmente, me has ayudado muchas veces aún sin saberlo. Hacéndome sacar una sonrisa con tus tonterías o con tus abrazos. Sabes cosas que ni los más cercanos a mi saben. Y la verdad es que no me preocupa, al contrario. Saber que tengo a mi lado alguien que me ayuda, y que me da su opinión acerca de las cosas pero no me judga, es realmente reconfortante y me tranquiliza. Saber que, aunque no nos veamos todo lo que me gustaría, aunque no hablemos todo lo que podamos o todo lo que deberíamos, en cualquier momento estás ahí para lo que necesite y eso es para mi realmente importante. 
Con todo esto, solo quería darte las gracias. Gracias por escucharme, por aguantarme en los momentos en los que no lo hago ni yo misma, por quererme, por abrazarme, por las sonrisas, por las miradas. Gracias por tirar de mi cuando yo no podía más, por recordarme cuando se me olvida que puedo hacer todo lo que me proponga. Gracias, Rafita. Por todo.

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