Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
.

lunes, 15 de diciembre de 2014

I see fire.

¿Recordáis las veces que os he contado mi teoría de que nada es imposible? Odio esa teoría, de verdad. Porque lo cierto es que eso puede ser bueno pero también malo, de manera que si no hay nada imposible no me refiero tan solo a lo bueno, si no a las cosas malas que puedes hacer o que pueden pasarte. A veces pienso y defiendo a personas o posturas propias con absoluta fe y convicción de que serán como yo digo, obviamente apoyándome en algo más que en la confianza que tengo de que algo pase o no. Y seguro que todos sabéis que las cosas no siempre pasan como uno espera o como uno cree que van a salir, muchas veces las cosas se tuercen, y a veces ni siquiera se trata de una decisión tuya, si no que confías en la de otra persona. 
He de deciros que las decisiones que toméis a lo largo de vuestra vida son muy importantes, porque puede que algunas no, pero otras serán totalmente decisivas para el futuro que vayas a tener. Errar es de humanos, claro que sí, pero cometer el mismo error más de dos veces ya es masoquismo a mi parecer. Sois vosotros los que sois dueños de vuestro destino, pero a veces creo que deberíais escuchar un poco más a vuestro propio corazón, a vuestra propia razón y cabeza y poner en común todo lo que sacáis de ello. 
Hoy me vino a la mente una frase de una canción que hace realmente mucho que no escucho; "Acuérdate bien de mi cara, seguro que la  vas a ver en algún rincón del infierno, te juro que allí estaré."
Hay algunas personas que me dicen que soy demasiado buena y la verdad es que no es algo que me crea ni mucho menos. Pero a veces me pongo a pensar y me doy cuenta de que pienso demasiado en los demás y demasiado poco en mi. Las veces que he tenido días (por algún motivo concreto) en el que me he enfadado con alguien y he acumulado rabia para todo el mundo y me he callado para no herir sentimientos ajenos, son demasiadas. A partir de ahora, voy a hacer lo que sea mejor para mi siempre que pueda, aunque eso no quiere decir que no vaya a pensar en los demás...a pesar de que hay gente que no merece que lo haga. 
Que una persona rompa una promesa es algo que me pone de los nervios. Y quizá muchas de ellas sean rotas a diario sin querer o sin siquiera darse cuenta. Pero cuando se hace a sabiendas de que estás rompiendo algo que has prometido, es que uno debería sentirse mal por propios principios. A veces pienso que la gente no tiene un mínimo de cerebro o de conciencia, y eso no solo me da rabia, si no que también me da pena el como pueden acabar esas personas haciendo lo que hacen y sin una mínima expectativa de cambiar.
¿Por qué cuando crees conocer a una persona hay algo que te hace pensar lo contrario? Quizá porque todas las personas en el fondo tienen diferentes caras y distintas formas de ser, que todos en el fondo somos un poco polifacéticos en ese sentido. Pero esto también es algo que nunca me cabrá en la cabeza. 
En fin chicos, que escojáis muy bien las posibles decisiones que se os pueden plantear a lo largo de la vida, porque yo personalmente creo que todas la condicionan de alguna manera. Desde como decir una cosa, hasta escoger el momento, elegir carrera y amigos. Mucha suerte en todo, chicos. A algunos os hará falta.
Sé feliz con lo que tienes, porque nunca sabes donde estará tu princesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario