Quizá deberíamos dejar de planear, y empezar a volar un rato

Te prometo un siempre.

Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido
.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Ocasiones.

Y llega un momento en el que no sabes que creer. Un momento en el que piensas demasiado. En el que pasan tantas cosas por tu cabeza que te pones blanca, y lloras, y tu madre te dice si estas enferma porque esa cara no es de estar bien. He echo y sigo haciendo toda lo que yo puedo para no derrumbarme. Porque hacia mucho, y digo muchoq ue no me sentia así. Que cada vez que lo pienso me entra un escalofrío que me recorre todo el cuerpo y que siento en este momento, y que no puede parar. Y entonces es cuando piensas como has llegado a este punto, como puede llegar a pasar todo esto.
Y piensas en no derrumbarte, aunque sabes que te hundirás tarde o temprano. Aunque quizá estes bien... al fin y al cabo tu corazón sabe que le crees a él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario